Piedra del Sol o Calendario Azteca. Museo Nacional de Antropología de México

Magda Frank, moderna y precolombina.
Hacia nuevas lecturas de su arte. (2021)

Tulio Horacio Andreussi Guzmán.  Director y curador Casa Museo Magda Frank.

I-Antropoceno, manifestación de nuestra era. Hacia nuevas comprensiones: perspectivismo amerindio y chtuloceno.

II-Magda Frank. 

III-Magda Frank, moderna y precolombina . Museo de Arte Tigre 2022.



Introducción

    

      “…() no sería aventurado pensar que Magda Frank encuentra en el arte precolombino una posible alternativa frente al horror del Holocausto”.

Ruth Corcuera. (1)

    Transcurridos los dos primeros lustros del siglo XXI, en la emergente globalidad, los sucesos que acontecen posiblemente son el preludio de un gran colapso. El antropoceno es nuestra era, por dicha razón el reflexionar sobre nuestro presente desde los acontecimientos del pasado nos permite atisbar nuevas formas mediante las que la humanidad pueda desarticular su dominante cosmovisión occidental para desplazarse hacia otros paradigmas existenciales. 

    ¿Es la artista Magda Frank (1914-2010) un caso evidente de que dicho cambio a nuevos paradigmas es posible? Una mujer sobreviviente de la segunda guerra mundial y la Shoá, sin familia, sin país, sin religión, buscando alternativas a nuevas formas de entender la vida desde otra perspectiva humana, encontró en la cosmogonía de los indios americanos una nueva elección a los desastres cometidos por la maldad humana. 

    En ese sentido, a través del proyecto-muestra, se ha buscado poner de manifiesto no solo la obra de la artista, sino, mediante sus palabras, su experiencia de vida transformadora. A su vez, entendemos que, de manera subyacente, la noción de antropoceno -cuya característica es el accionar de la especie humana como fuerza geológica capaz de poner en peligro el sistema de vida multiespecie del planeta- funciona como columna vertebral de la exhibición dado que Magda Frank (1943) sostiene:

El hombre es el ser más inteligente pero el más cruel de la creación. No se puede saber por qué, pero ha recibido la orden de destruir para mantener el equilibrio sobre la tierra, para que no aumente la población, que la naturaleza ya no podría sostener, pero, ¿Qué es lo que nos obliga a esto? ¿Quién da la orden a la humanidad?

Magda Frank en Budapest-Hungría
Figura 1: Magda Frank. Budapest, II Guerra Mundial.

    Para el caso que nos ocupa la mencionada conceptualización, enhebrada con las palabras que documentos personales de la artista nos han legado, nos permitirá a su vez entender la conexión de su acercamiento al arte precolombino y a la nueva corriente antropológica denominada perspectivismo la cual apareció en los 90 como nuevo paradigma.

    Para organizar nuestro trabajo, abordamos tres ejes temáticos. En primer lugar nos referimos a aspectos teóricos generales del antropoceno, el perspectivismo amerindio y el chtuluceno. En segundo término, nos aproximamos a la obra de la artista Magda Frank y la correlación mutua con las posturas de Viveiros de Castro y Donna Haraway, Bruno Latour entre otros autores. Finalmente, planteamos la muestra titulada Magda Frank, moderna y precolombina. Museo de Arte Tigre (MAT 2022).

 


I-Antropoceno, manifestación de nuestra era. Hacia nuevas comprensiones: perspectivismo y chtuloceno.

¨Ni por tierra ni por mar hallarás el camino que conducen a los hiperboreos.¨ Píndaro- 518 438 a.C.

    En relación con la idea de antropoceno, nos basamos en la conceptualización de Paul Crutzen del año 2000, para designar esta era geológica caracterizada por el impacto potente y dañino accionar de la especie humana sobre las condiciones de la biosfera.

    En este sentido diremos que el pasado es la causa del mañana. Existe en nosotros humanidad un desnivel prometeico (2), entre lo que podemos imaginar y lo que estamos haciendo de facto, esto se encarna en el antropoceno: aunque seamos capaces de imaginar el avance económico, no seremos capaces de imaginar las consecuencias de nuestro modo de vida que generan conexión entre nuestros actos y sus consecuencias.

    A su vez, para comprender el lugar que ocupa el hombre en este estado de cosas, Donna Haraway -analizando la postura de Hannah Arendt sobre la incapacidad de pensar del criminal nazi Adolf Eichmann-afirma que: “ … En esta renuncia a pensar yace la particular Banalidad del mal” ...().Lo que Arendt vio en Eichmann no fue un monstruo incomprensible sino algo mucho más terrorífico: negligencia común y corriente…..()Para Eichmann, el propósito importaba, el deber importaba, pero no así el mundo” (3)

    Como podemos observar en esta estólida actitud del hombre, la humanidad, al renunciar a pensar somos, participes activamente del genocidio contemporáneo, se inhabilita como protector del mundo y, contrariamente, se vuelve su amenaza. Sin el pasado no hay presente y sin presente, pensando en el pasado, no hay futuro.

    Testimonios claros de nuestro estado de crisis se manifiestan en nuestra historia reciente: los horrores del siglo XX, guerras, holocaustos masivos de pueblos (judíos, armenios, gitanos, ruandes y otras etnias) y la latente amenaza del arsenal nuclear son muestras palmarias de este estado de cosas. En esa línea, Günther Anders afirma que: “No son medios, sino resoluciones previas: decisiones, que ya se han tomado sobre nosotros antes que nos pongamos en marcha, y en sentido estricto no son ̈resoluciones previas, sino la resolución previa” (4). A su vez, Eduardo Viveiros de Castro sostiene que “Nuestro presente es el antropoceno y es un presente sin porvenir, un presente pasivo, portador de un karma geofísico cuya anulación internamente está fuera de nuestro alcance” (5) . Influido por esa idea del presente junto Danowsky se preguntan, es posible un mundo después de la humanidad?

    Sobre la mirada crítica de los acontecimientos, Bruno Latour apuesta por una desaceleración, por ralentizar las economías, actividades productivas y del pensar del hombre apostando más a un “buen vivir que a un vivir mejor” (6). La desaceleración es entendida como intensificación de lo no material de nuestro modo de vida, implicaría el retorno de técnicas tradicionales nativas, de artes, de performance, de rituales, entre otras prácticas. De esta manera, se genera una manera diferente de aprender, de lograr ser un nuevo ser en el tiempo y en Gaia (7). En definitiva, la idea anterior de retornar al mito nos remite a la mirada reflexiva de Magda Frank (1991):

“La tradición está formada por minúsculos eslabones de una larga cadena: la civilización humana.  La escultura es, probablemente, la más antigua expresión inalterable de la humanidad” .

    Por lo dicho, un profundo cambio de paradigma en el pensamiento de occidente nos alejaría del antropoceno cultural en el que estamos inmersos, dando lugar a una transformación de nuestro modo de vida. De tal suerte, los occidentales debemos y tenemos que aprender esencialmente de los pueblos primigenios. 

    En cuanto al perspectivismo amerindio, entendemos que para abordar esta noción resulta conveniente partir de la idea del dualismo de la era moderna; este dispositivo ontológico divide al mundo en pares opositivos y establece una relación jerárquica entre modernos (hombre occidental) y la naturaleza. Como bien lo explica Philippe Descola: “En esta época que la naturaleza accede a una existencia de dominio ontológico autónomo…..; como un campo a ser explotado y mejorado” (8). Dicho dispositivo ontológico tiene que ser desarticulado, dar su giro copernicano, para darle a la humanidad la oportunidad de un nuevo amanecer.

    En particular, el perspectivismo amerindio considera que habría una humanidad preexistente; previa a la existencia del mundo. Todos los seres vivos e inanimados habrían sido humanos antes de convertirse en jaguares, jabalíes, rocas o árboles. En este aspecto, debemos considerar la posibilidad de apelar al pensamiento indígena como una necesidad y abordar lo indígena con la autonomía de un pensamiento especulativo propio. Una suerte de agenciamiento que irrumpa en lo cotidiano de nuestra cultura y conforman los cimientos del saber occidental. La especie humana no es el único sujeto del universo. 

    En ese sentido, Eduardo Viveiros de Castro llama a una verdadera revolución en contra de los fundamentos de la ontología occidental , dirá: el perspectivismo es la ontología de las sociedades contra el estado, todo es cultural, todo es humano, todo es gente (9). Como puede derivarse, la alteridad es la clave para comprender las relaciones entre los diferentes seres.

    Hasta este punto hemos visto que el perspectivismo es una alternativa que devuelve al hombre la posibilidad de volver a reencontrarse con aquello que le es ya distante, su existencia misma. En esa línea de pensamiento, Magda Frank (1989), en los primeros minutos del film Magda Frank (1989), afirma que:

Una de las ideas básicas de la religión de estos indios es que la Madre Tierra es la fuente vivificante que le da vida a todo y absorbe todo en sí misma. Sentía que está más cerca a este mundo actual de la cámara de gas y campos de concentración que la humanística de la filosofía griega. Que ya es muy lejana. (10)

    Esta línea de pensamiento convoca a todos los humanos a agitar perturbar las aguas de este orden histórico, donde toda la humanidad está invitada a inventar, despertar conciencia y reconstruir áreas de aprendizajes más tranquilas, más amigables. En palabras de Donna J. Haraway, nos invita a seguir con el problema. Así, se origina la premisa que afirma, que resulta necesario dejar atrás los conceptos antropoceno-capitaloceno y poner en práctica al “Chtuluceno” dado que refiere a un espaciotiempo para aprender a seguir con el problema de vivir y morir con respons-habilidad en una tierra dañada (11). Desde esta manera de concebir el mundo, deberá ser necesario un compromiso conjunto para construir nuevos esquemas mentales, nuevos mitos, donde nos permiten ver a otros seres que aparentemente son otros, como semejantes a uno mismo y, por lo tanto, tratarlos de igual a igual porque, en definitiva, todos compartimos una misma cultura. 

    En este marco conceptual, hipotetizar acerca del fin del mundo es hablar de la necesidad de una nueva perspectiva de imaginar que, antes que un nuevo mundo, postula la idea de un nuevo pueblo: Un pueblo que crea en el mundo, que deberá crear con lo que dejemos del mundo (12). (Viveiros de Castro 2019) 

    A modo de cierre, esta idea de chtuluceno que permite entender y actuar en la tierra se vincula estrechamente con la propuesta de aproximarnos a Magda, dado que en 1954, la artista escribe las siguientes palabras:

 

En la cumbre de la montaña comprendo el sentido de la vida: es la vida misma… Todo lo que existe es parte de su gran misterio. Tenemos que embellecer el mundo, como la flor y la mariposa. Alegremos el regalo divino que es la vida misma. Yo quisiera, con la obra de mi vida, agregar un poco más a la belleza de nuestra tierra.

    Frente a los sinsentidos de la vida, para Magda la belleza ofrece dos respuestas: la naturaleza y el arte. En efecto, naturaleza y arte son claves estéticas que ofrecen caminos de sentido a la existencia humana. Como muestra palmaria del espíritu de la visión de Magda desde Magda, concluimos con un poema que, en 1958, la artista escribe:

El amor es como una rosa,
pero si uno quiere mantener su frescura,
hay que tallarlo en piedra, Que sepas contar,
que sepas jugar,
que vivas tu cuento,
que juegues tu vida.
El amor es puro juego y cuento.

Uno escribe una poesía cuando duerme la lógica.
Uno la lee cuando su corazón está despierto.
Uno puede acariciar sin brazos.
Uno puede rezar sin palabras,
sonreír cuando llueve.
Ser rico sin dinero.

El paraíso está sobre la tierra,
Pero para verlo hay que ser modesto.

Figura 2: Magda Frank. París (Francia), circa 1960.


II- MAGDA FRANK (1914-2010)

Nací una mañana de domingo. El viento sacudió mi ventana silbando su tragedia de tiempos remotos” (1914)

“El arte europeo está en plena decadencia, hay que volver a la prehistoria del arte y contar lo que nuestros ancestros nos dijeron con lenguaje contemporáneo.” Magda Frank .

 

     En 1914 en la ciudad de Cluj perteneciente a la región balcánica de Transilvania, nació Magda Frank. Esta zona misteriosa de Europa pareciera poseer un aura mística -por así decirlo- dado que, en 1876, a tan solo 200 kilómetros de allí, en la ciudad de Gorj, veía la luz del mundo Constantin Brâncuși, el padre del esencialismo estético del siglo XX. Sin lugar a dudas, el arte de Brâncuşi resulta particularmente afín al espíritu de la artista que suscita nuestro trabajo.

    Magda Frank (1914-2010), una mujer que atravesó tres importantes ismos del siglo XX -nazismo, comunismo y feminismo- entendió que debería buscar una nueva forma de vivir para recomponerse de su trágico pasado: “Hay dos clases de personas: las que sobrevivieron y las que no. Las últimas no están aquí para explicar su historia”. (13) Esta reflexión sobre la vida y la experiencia personal nos permite conocer un poco más de esta artista, en especial, su soledad en un mundo patriarcal y el desarraigo.

    Finalizada la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), su esposo le da a elegir entre él o la escultura. En una serie de documentos personales, Frank evoca lo sucedido en ese momento en el seno de su pareja:

Freude, Freude… Canta el coro de la novena sinfonía y sacude mi corazón lleno de tristeza; dos gotas calientes bajan sobre mis mejillas. Sonrió.
…Acuérdate corazón tonto, hace diez años, en una noche mi esposo me entrego una entrada para el concierto. Tocaban la Novena Sinfonía, fui sola y lloré durante todo el concierto, porque sabía, que cuando volviera a mi casa no encontraría más a mi esposo, se habría ido para siempre.

Figura 3: Magda Frank

    Las palabras de Magda recuperan su desamparo, el desarraigo, las miserias y vicisitudes de la inmigración que enfrentaría: Hungría, Suiza, Francia, Argentina son los lugares de peregrinación de ella y su arte. Por esa razón, la errancia y la ausencia de sus seres queridos la marcará de por vida. En efecto, sobre esta vida desapegada y errante Magda (1961) reflexiona de manera sentida:

Quién cambiará con una vagabunda Sin familia, sin país, sin religión, Que no dejará de su vida sino algunas Esculturas inertes Que no llorarán su pérdida, Que no dejarán flores sobre su tumba ¡No quiero que me quemen como un perro errante El día que me caiga! Luché, he sufrido durante toda mi vida, ¡Tengo derecho a un lugar en la tierra!

Magda Frank (1983). Canteras de Euville , Francia.

    Llegada a Francia en la década del 60, tuvo sus primeros acercamientos a las culturas primigenias debido a que, en el Museo del Hombre, estudió americanismo con el Dr. Rivet quien presidía la sociedad de americanistas. Así, Magda vislumbra una nueva era cultural, un nuevo amanecer y un culto del dolor a la ascensión. De algún modo, se libera para siempre de la tradición greco-romana, abrazando lo americano.

…Respecto de ello, Ruth Corcuera sugiere -y compartimos su hipótesis- que su inclinación a las formas arcaicas sucede casi de forma contestataria, contra el nazismo que había considerado “degenerado” al arte primitivo y a sus epígonos modernos: “no sería aventurado pensar que Magda Frank encuentra en el arte precolombino una posible alternativa frente al horror del Holocausto”. (14)

    A su vez, este encuentro con otros modos de concebir el arte implica un proceso de reconstrucción artístico y personal que podemos asociar con palabras de Hannah Arendt: “Nos basta con mantener los ojos abiertos, para ver que nos encontramos en un verdadero campo de escombros.”  (15). Pues bien, Magda Frank decide que su proyecto artístico monumental será realizarlo en las canteras de Euville, uno de los lugares más fríos e inhóspitos de Francia.

 

    ¿Por qué eligió un campo monótono de escombros gigantescos? ¿Por qué se someterá desde el amanecer hasta el ocaso, casi sin comer, casi sin dormir a jornadas de trabajo forzado? En algún punto aflora la hipótesis de que, de ese modo, recrea el agobio de sus parientes masacrados en Auschwitz. Esta idea se materializa en la alusión al siniestro cartel en las entradas de los campos de exterminio que rezaban Arbeit macht frei. ¿Será la forma que encontró para estar cerca de sus seres queridos? ¿Simboliza la forma de estar en paz junto a ellos?

A propósito de ello, el 26 de octubre de 1957, la artista escribe:

...Los que han muerto ya no lloran; nada los atormenta. No sienten la soledad, finalmente se unen a la naturaleza. La esperanza ya no los engaña y la desesperación no los abruma. Me consuelo: un día estaré con ellos en paz eterna”.

    Sobre la existencia, me parece justo citar como respuesta a estas preguntas que no tienen respuestas, al evangelio apócrifo de Didimo Tomás: “Jesús dijo: Si la carne nació a causa del espíritu es maravilloso, más si el espíritu nace a causa del cuerpo, es una maravilla de las maravillas.” (16).

    Bajo estas motivaciones se dinamiza su producción artística. En efecto, el primer monumento lo talla en el simposio Forma Viva (1964) en Eslovenia -ex Yugoslavia- a modo de lápida de su hermano. Cuando lo termina de tallar luego de un esfuerzo físico superador, graba en la piedra las siguientes palabras: “Espíritu de la tierra, guarde el recuerdo de mi hermano Bela, torturado a muerte por los nazis”. 

Fig. 5. Magda Frank. Simposio de Esculturas de Portoroz, Forma Viva (1964). Eslovenia, ex Yugoslavia.

Fig. 5. Magda Frank. Simposio de Esculturas de Portoroz, Forma Viva (1964). Eslovenia, ex Yugoslavia.

    En su adultez, desde los 50 hasta los 75 años, Magda Frank doblegó su físico al extremo. Esta decisión asociada al esfuerzo autoimpuesto en su obra monolítica es reflejo de su honestidad, amor, compromiso y responsabilidad ante quienes ya no están más y hacia ella misma. Asimismo, su logro es de naturaleza espiritual divina ya que jamás renunciará a la vida en esta tierra por más tormentosa desesperación que le inflija su pasado: “Que el hombre pueda ser destruido no es, por cierto algo tranquilizador, pero a pesar de ello y a causa de ello, en ese movimiento mismo, el hombre sigue siendo indestructible: eso es lo verdaderamente abrumador, por que ya no tenemos posibilidad alguna de vernos jamás desembarazados de nosotros mismos, ni de nuestra responsabilidad”. (17)

    La creación parece ser, entonces, una forma de dar vida. Ante esta actitud, las reflexiones que se plantea Didi Hubermann (1914) cobran sentido: “Los pueblos están siempre expuestos a desaparecer. ¿Qué hacer, qué pensar en ese estado de perpetua amenaza? ¿Cómo hacer para que los pueblos se expongan a sí mismos y no a su desaparición? ¿Para que aparezcan y cobren figura?” (18). En el caso de Magad Frank la respuesta es simple, rotunda y desafiante: la construcción de su obra monumental. Para hacer realidad esta decisión, la artista decidió recluirse, vivir en soledad, ser reservada y comprensiva para encontrar todas las bellezas que nos brinda la naturaleza viva. Theodor W. Adorno (1986) afirma que los crímenes nazis son únicos porque “son tan extremos que conminan a guardar silencio” (19) . En el caso de nuestra M. Frank en su silencio entiende:

“…Comprendí que la naturaleza es mucho más humana , que los hombres. Aprendí a amar todo lo que vive. Para mí una brizna de hierba en un ser tan valioso como yo.”

    A su vez, como bien sugiere Bruno Latour (2017), existe un enfrentamiento entre modernos -dueños del antropoceno, que jamás fueron modernos- y aquellos terrícolas (20) que no renuncian a una integración del mundo con el hombre. Proponemos, entonces, que Magda Frank se inscribe en la segunda categoría por su espíritu es indestructible, su responsabilidad con su arte y su pasado que será la cabecera del proyecto americanista emprendido desde el ministerio de Cultura de Malraux cuando fuera ministro de cultura de la presidencia de Charles de Gaulle. (21)

    El viraje hacia lo precolombino le permite problematizar “la dificultad de la representación de la Shoá, como la de otros genocidios y grandes masacres históricas, nos vuelve extraordinariamente conscientes de las insuficiencias de las representaciones (Burucúa y 2011)(22). Por lo tanto las obras de Magda Frank remiten a la más profunda simbología del universo precolombino: “es el alma de este continente y eso es lo que necesitamos para ayudar a renacer. A esta alma vieja hay que darle una forma contemporánea”.

   En esta búsqueda, son innumerables los pasajes que nos acercan a este mundo de reencuentro con Gaia: “La tarea es generar parientes en líneas de conexiones ingeniosas como una práctica de aprender a vivir y morir bien de manera recíproca en un estado denso” (23) (Haraway 2016). Respecto de esta cuestión, Donna Haraway nos exhorta a no negar que la destrucción del planeta va a continuar y a no rendirnos, a inventar universos de SF (ciencia ficción) entre los que habitamos la tierra, invitándonos al juego de cuerdas multiespecies: 

    Esta indagación sobre el mundo y sus sentidos nos remite a Magda, cuando jugando a figuras de cuerdas con especies compañeras, se expresa acerca de su obra “El mosquito”:

Vivía en Francia, en una casa sobre la colina. Una noche, sentada en la mesa, vi sobre la pared un mosquito que me miraba. Yo lo miré. Trate de darle algo para comer pero no comió ni se movió. Después de algún tiempo me acompañaba de una habitación a otra. Creo que, como era invierno y yo era el único ser vivo que había encontrado, estaba contento de estar conmigo. Una vez entré en el baño y cerré la puerta demasiado rápido. Volví a abrirla y entró. Pero una noche que hacía mucho, mucho frío, me acosté y me puse sobre la cabeza un tapado bien abrigado. A la mañana, cuando desperté, el pobre mosquito estaba muerto debajo de mi cabeza. Lo enterré en el jardín y después le hice un monumento. Cuando lo había terminado pensé que desde que el mundo existe nunca nadie le había hecho un monumento a un mosquito.

Fig. 6. Magda Frank. Monumento al Mosquito (1975) . Madera Policromada, Francia.

    En este punto, cabe destacar que si bien la corriente perspectivista se da a finales de siglo XX, ya Magda había entendido y es ejemplo de nuevas formas de entender, comprender lo universal. Este juego de alteridad desde los pronombres cosmológicos (24), a quien Yo, puedo pensar como un Tú de mi Yo, y Yo mismo siendo un Tú de mí Tú, está presente en la obra y pensamiento de la artista Magda Frank. Efectivamente, todo estará impregnado de humanidad como sus palabras sobre su obra Los ángeles osos manifiestan: “Si los hombres tienen ángeles, ¿por qué no van a tenerlos los osos que son más buenos que los hombres?” (1986).

    Como observamos, Magda no se empodera ante la piedra, no la somete: ella es su amiga con la que dialoga, estableciendo vínculos, entre sujetos multiespecies. Se advierte en sus obras esta invitación a estos juegos de alteridad, yo y por lo que sus obras remiten a la más profunda simbología del universo precolombino. Tal es así que son innumerables los pasajes que nos acercan a este mundo de encuentro con la Pachamama. 

    ¿Es posible un mundo previo a la humanidad? (25), se preguntan Dowsky y Viveiros de Castro, mientras que Latour nos invita a contar “historias de Gaiay Haraway nos convoca a crear nuevos mitos de SF en Terrapolis. Estas inquietudes, nos inducen a la aventura donde lo humano no es determinante en la creación, somos apartados de ella, perdiendo nuestra cualidad antropocéntrica. Magda Frank, por un lado, nos advierte de antemano estas cuestiones filosóficas que se plantean al inicio de nuestro siglo; por otro, nos señala una senda, una ruta de viaje al devenir del pensamiento,  es así que también nos ofrece un mito de la creación donde el mundo es previo a la humanidad

“Hace mucho tiempo… cuando el paraíso estaba en la tierra, y los hombres vivían en otros planetas, los árboles caminaban como tú y yo. Eran los hijos queridos del sol y de la tierra. Por la mañana, después de elevar sus sonrisas hacia el sol, bajaban en largas filas hacia la rivera. Los pájaros de todos los colores los acompañaban en su camino. Cuando se escondía el sol, los árboles se dispersaron sobre la planicie, hospedando a los pájaros para hacer sus sueños livianos. Un día de primavera, cuando se abrían las flores, se reunieron en el campo inmenso y, aprovechando una brisa que pasaba, dieron un pequeño salto, alejándose de la tierra. La tierra aceptó el juego y los depositó sobre una nube, en la que ellos se balancearon, como los ángeles en nuestros sueños. Pero entonces llegó de lejos el viento glaciar, enemigo del sol y de la tierra. Sin dudar, los hizo penar con sus dientes feroces y rayos de fuego, rompiendo sus ramas y flores. Los troncos inertes cayeron sobre la tierra, que abrió su pecho para guardar en él sus pequeños desechos. El sol escondió su cara para que no se vieran sus lágrimas. Los pájaros bajaron sus cabezas en el polvo, sus quejas desesperantes resonaban en el mundo desierto. El sol, conmovido de tanta tristeza, fue con su calor eterno a acariciar la tierra, y los árboles renacieron de su madre, que nunca más los dejó alejarse de ella”. (1995)

    Desde nuestra perspectiva, resulta difícil no admitir la  correspondencia empática en la obra y pensamiento de nuestra artista. Asimismo, tomando como referencia las palabras de Magda Frank, es posible ver  la relación entre el perspectivismo amerindio y las propuestas ambientalistas a vivir en chtuluceno .

    Entonces, ¿Magda es parte de una estirpe de artistas místicos que nos anticipan y señalan una alternativa al acontecer de la humanidad? Creemos que el arte de Magda Frank conquistó una “parcela de humanidad” (26). En efecto, como los europeos colonizaron América, el logro de Magda Frank será americanizar suelo francés. Así, su compromiso con su arte es total e indestructible porque, a través de la cosmología amerindia -gestada en culturas subexpuestas, olvidadas y menospreciadas por occidente – Magda Frank desarrolla su arte singular.

     Como corolario debemos preguntarnos: ¿Quién es Magda Frank? En primer lugar, diremos que es de la especie humana, terrícola, una mujer de la zona de los Balcanes que recibió de un sistema cultural la herencia de un saber, pero que, ante lo tremendo de los acontecimientos históricos, transformó no solo su vida sino todo lo que había aprendido en el arte, lo que le permitiría continuar.

    Para Magda, vivir en estado de respon-habilidad significó morar en la periferia misma, al margen de las masas, de lo cotidiano de nuestra civilización. La duda no existe, ha de dedicarse a los antiguos dado que ella irá penetrando en la hondura de estos conocimientos reservados para unos pocos escogidos.

     Por lo tanto, su proyecto artístico a gran escala, nos invita a transculturizar nuestra vida, a ser iniciados en la mística que nuestros antepasados que dejaron manifiesto en el arte considerado primitivo, una sabiduría primigenia que en nuestro presente es una alternativa a lo mal entendido como moderno.

 

     Como se observa, la misión de la artista es ofrecernos una alternativa posible, un nuevo amanecer, una esperanza ante lo dramático que nos acontece en el presente. La sinceridad de su arte y en su vida está manifestado golpe a golpe en la piedra que materializa en cada una de sus obras monumentales que son puertas a otras dimensiones, a otros saberes. Son vías de entendimiento con nuestros ancestros y su fraternal relación con Gaia. 

 

    Pues bien, podríamos bien decir que, de acuerdo con lo analizado, Magda Frank es una mujer americana, picapedrera y monumental. De ello es prueba su obra que tiene la capacidad de documentar lo enunciado y que, por ello, tomamos tres producciones como cierre de este apartado:

 


III-Magda Frank, moderna y precolombina. Museo de Arte Tigre 2022.

    La exposición que presentamos tiene como propósito alumbrar la vida y obra de la escultora que, por diversas razones, como tantos artistas en general y mujeres en particular, ha sido invisibilizada del campo artístico. La magnitud de su obra se puede analizar desde una perspectiva de género, religiosa e histórico-cultural ya que, quizá por ser mujer, judía, divorciada y transnacional, o por otros condicionantes propios del ámbito artístico, su obra no ha sido debidamente reconocida hasta la fecha en la Argentina.

    La errante Magda Frank, húngara de la actual región rumana de Transilvania, es también argentina y francesa. De alguna forma, pertenece a muchos lugares, sin embargo, ningún país la reclama en su historia cultural. Su errancia la ha dejado en los márgenes del reconocimiento por lo que la muestra tiene como propósito revertir esa situación y difundir su valiosa obra.

    “Magda Frank, moderna y precolombina” es una muestra narrada por ella misma. Su vida se evoca a través de sus palabras-textos, fotos, obras escultóricas y dibujos. La documentación de archivo, “24 hojas” transmite lo que ella quiere contar de su vida a la a las generaciones futuras; su mayor legado son los 20 monumentos emplazados la mayoría en suelo público francés.

     En momentos que el holocausto sucedía era invisibilizado ante el mundo pero conocido por unos pocos y resulta imposible de narrar en su verdadera dimensión estética dado que “los límites de la representación son radicales, ontológicos, es imposible para cualquier conciencia voluntaria ver o imaginar el Holocausto” (27). En congruencia con ello, Jacques Ranciere (2010) señala sobre la Shoah: “El verdadero testigo es aquel que que no quiere testimoniar” (28). A partir de esta afirmación, consideramos que Magda no testimonia lo intolerablemente real del suceso sino que, ante lo evidente, si marcará un camino, una suerte de ascensión y transformación del dolor humano en arte.

    En relación con la estructuración de la muestra, hemos trabajado sobre dos ejes: el primero, centrado en su obra escultórica y dibujos; el segundo, compuesto por fotografías y textos íntimos que nos acercan a su persona, permitiéndonos conocerla en toda su expresión espiritual. Un fragmento de sus palabras de 1994 puede explicitar el efecto que buscamos:

 
 

“Acepté mi soledad, mis esculturas fueron mis compañeros. Viví por ellas y para ellas. A los 80 años me doy cuenta que el futuro no está asegurado. La tristeza y la inquietud me domina”.

    Magda a sus 94 años, finalmente, partió al “Hanan Pacha”, sitio que para las culturas andinas corresponde al mundo de arriba, más todavía sigue siendo invisibilizada en el “Kay Pacha”, mundo de los vivos. En este homenaje, al darla a conocer en su máxima expresión, nuestro objetivo es: “…que todo lo que ustedes aten en la tierra, será atado en el cielo…” (29). En efecto, esperamos que el proyecto cierre el ciclo errante del alma y del arte de Magda para que pueda no solo descansar en paz sino también ver difundido su arte.

Conclusiones

    Hay variada cantidad de artistas que abrazaron el arte considerado primitivo hoy bien llamado premiers arts, como alternativa a la tradición cultural europea. En ese sentido, Ticio Escobar ha dicho: “El proyecto de modernidad está en el banquillo de los acusados, se descubre el lado oculto de sus sueños y el fraude de sus utopías...” (1987). Como podemos apreciar, la escultora entendió la necesidad de aunar arte, cultura y naturaleza. 
    Si la herencia del pasado es trágica pero el futuro es incierto y por veces aterrador, la apreciación de la historia de vida y la historia artística de Magda supondrá una apuesta por el cambio que nuestros días parecen ameritar. En efecto, la gravedad de las circunstancias medidas por los hechos reales que ya se pueden certificar, hará surgir realidades adversas que la gran mayoría no acierta a comprender, pero a medida que pase el tiempo sentiremos las garras sobre nuestra débil carne. A propósito de estas cuestiones vitales, hemos encuadrado nuestra propuesta no solo en la falta de certeza vital sino también su relación con el arte y con la gestión cultural desde el respaldo que nos ofrecen los marcos teóricos que se ocupan de estos dilemas. 
    Con esta apuesta que transversaliza discursos, queremos alinearnos entre quienes aspiran a crear los cimientos de una nueva sociedad en la que el hombre sea parte del mundo que habita. Esta búsqueda es también tarea de los artistas ya que podemos articular materialidades diversas para acercarnos a nuevas ideas para pensar y reflexionar nuestros días en nuestro mundo.

“El arte precolombino está muy cerca del arte abstracto y surrealista contemporáneo, porque son creaciones puras, que surgieron de la fantasía humana y no de la imitación de los objetos existentes en el mundo exterior, como el arte clásico europeo; una causa más para que nos acerquemos al arte de esta tierra”. Magda Frank

 

Referencias bibliográficas:

 

1- CORCUERA, Ruth. “Magda Frank y la búsqueda de un amanecer”.  Homenaje, Museo Oscar Niemeyer, 2010.


2-4- GÜNTER, Anders. La Obsolescencia Del Hombre. Traducción: Josep Monter Pérez Josep Monter Pérez. Editorial Pre-textos, 2011.


3- 11  HARAWAY,  Donna J. Seguir con el problema. Editorial Consonni, 1916.


5- 12- 25- VIVEIROS DE CASTRO, Eduardo  y DANOWSKI, Débora. Hay mundo por venir? ensayo sobre los miedos y los fines. Editorial Caja Negra, 2019.


6- Huanacuni Mamani, Fernando (1966), abogado, militante del MAS (movimiento al socialismo) y político boliviano, ha sistematizado de las diferentes visiones de los pueblos ancestrales sobre el Vivir Bien/Buen Vivir, temática muy difundida hoy en día como alternativa al modelo occidental predominante.


7- 20- LATOUR, Bruno. Cara a cara con el planeta. Editorial Siglo XXI, 2017.


LATOUR, Bruno. Donde aterrizar. Cómo orientarse en política. Editorial Taurus, 2019.


8- DESCOLA, Philippe. La antropología y la cuestión de la naturaleza. Repensando la naturaleza: encuentros y desencuentros disciplinarios en torno a lo ambiental. Traducción Diana Rosas Riaño. Universidad Nacional de Colombia sede Amazonia, 2002.


9- VIVEIROS DE CASTRO, Eduardo. La Mirada del Jaguar: Booktrailer”. (Canal de: Diego Picotto, Youtube, 26 de junio de 2014). 


BELAÚNDE, Luisa Elvira. Perspectivismo y cosmologías indígenas – 7mo. conversatorio “Todas las Sangres, Un Perú”.  (Canal de Instituto de Estudios Peruanos (IEP), Youtube, 17 dic 2014).


10- MAGDA FRANK, cortometraje1989. Archivo Magda Frank. 


13- EGER, Edith. La bailarina de Auschwitz. Editorial Planeta, 2018.


14- GUTIÉRREZ VIÑUALES, Rodrigo. Universidad de Granada. Magda Frank. Una conceptualización precolombinista y americana. Texto inédito. Archivo Magda Frank.   


17- BLANCHOT, Maurice.  L’entretien infini. Paris: Gallimard, 1996,


15- 18- 26- DIDI-HUBERMAN,  Georges. Pueblos expuestos, pueblos figurantes. Editorial Manantial, 2014.


16-  Los manuscritos de Nag Hammadi, también conocidos como Los Evangelios gnósticos de Nag Hammadi, descubiertos en 1945, contienen información que cuestionan  los conocimientos presentados hasta ahora como verdaderos por la Iglesia oficial.


19- 27- BURUCÚA,  Jose Emilio y KWIATKOWSKI, Nicolás. Cómo sucedieron estas cosas, representar masacres y  genocidios. Editorial Katz, 2011. 


24- VIVEIROS DE CASTRO, Eduardo . Os pronomes cosmológicos e o perspectivismo ameríndio. Mana, 1996. 


28- RANCIÈRE, Jacques. El espectador emancipado.– 1a ed. – Buenos Aires : Manantial, 2010.


29-Evangelio según Mateo 18:18.


30- BRETON, Jean-Jacques. Les Arts Premiers. Collection Encyclopédique, 2012.


31- ESCOBAR, Ticio. Visión del arte Latinoamericano, en la década de 1980. Simposio de críticos de la III Bienal de Trujillo, 1987.