La casa-museo abrió sus puertas en 1995, año en el cual Magda Frank regresa a Argentina para vivir sus últimos años. En vida, la artista preocupada por el destino de su obra, decide convertir su casa-taller también en museo.
Su casa-museo aloja gran cantidad de obras escultóricas, dibujos, manuscritos, recortes de prensa y fotografías.
La tarea es Preocuparse por su conservación permanente.
En el año 2015 se integra a la colección de la casa-museo el taller del escultor argentino José Fioravanti